Como bien sabéis, estos días se celebra la Semana Santa, que recuerda la Pasión, muerte y resurrección de Cristo, y bueno, os preguntaréis qué conexión tiene con la entrada que estáis leyendo, si esta no se titula "Semana Santa", sino "espicha"; pues, aunque, parezca que no ambos conceptos están conectados.
Hasta no hace mucho tiempo en España estas fechas constituían un símbolo muy importante y, además de la prohibición de comer carne en determinados días, tampoco se podían celebrar jornadas festivas en las que se incluyera música, hasta el punto que a mediados del siglo pasado los locales que tenían máquinas de discos (las gramolas) debían desenchufarlas. La sociedad necesitó buscar algún tipo de distracción para esos momentos y en Asturias nacieron las espichas, unas reuniones celebradas en los lagares (lugares en los que se fabrica y vende la sidra) en las que se podía disfrutar de la sidra y de la buena comida asturiana. Actualmente, las espichas no se reducen solo a Semana Santa, sino que ya comienzan a principios de marzo y presentan platos de carne y pescado, como los pinchos de lacón o de bacalao, dos de los más famosos, empanadas, tortillas, marisco y, por supuesto, ¡postres caseros! Sin embargo, a pesar de que hayan evolucionado, la identidad de colectividad sigue estando presente, ya que la idea de disfrutar con amigos y familia no ha desaparecido con el paso de las décadas.
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Pincho de lacón con patatas |
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Canutillo de crema |
"Tomando un café en Asturias" estuvo presente en una de ellas, la de la Parrilla y restaurante Puerto de Pinos (calle Puerto Pinos, número 6, Mieres del Camino) y, como es habitual en este establecimiento, la variedad, calidad, presentación y precio no defraudaron; por lo que en los tres días de duración por el local pasó una gran número de personas, pues la fama de este restaurante actúa como un elemento de reclamo que nunca falla.
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Cáscara de centollo con el tradicional "carro" (carne de centollo, huevo cocido y sidra) preparado en el interior |